Si hay algo imprescindible para que nuestro organismo funcione, esto es el agua. Hay que beber 2 o 3 litros de agua al día, algo que no todo el mundo cumple. En los últimos años, en esa búsqueda sin fin para mejorar nuestras salud y hábitos de vida ha aparecido el agua alcalina, que nos ayuda a equilibrar la relación acidez/alcalinidad de la piel. Es un agua de calidad, con un pH superior a la del grifo, que funciona como un anti-ácido natural, neutralizando los niveles de acidez del cuerpo, lo que evita la aparición de enfermedades.
Se trata de un agua pura, sin los productos químicos o los metales que muchas veces trae el agua del grifo. Su pH es alcalino, oscilando entre 8.5 y 9.5; y es rica en minerales biodisponibles, esos que el cuerpo asimila sin ninguna dificultad. Los antioxidantes tienen una importante presencia, lo que sirve para neutralizar los radicales libres y le ofrece propiedades anticancerígenas; y sus moléculas se agrupan en estructuras de 5 o 6 unidades. De esta forma pueden entrar más fácilmente en una mayor cantidad de células que si se agrupan 10 o 12 unidades.
Los beneficios del agua alcalina
Una de las causas principales de los desequilibrios entre acidez y alcalinidad del cuerpo está en los malos hábitos de vida, a su vez causantes de muchas enfermedades. De esta forma, equilibrar estos niveles nos ayudará a evitar la aparición de esos problemas de salud, empezando por los del sistema digestivo. El agua alcalina le ofrece a nuestros intestinos unas propiedades desinfectantes extra que lo mantendrán a salvo de microorganismos peligrosos, facilitando así su labor.
En el caso de los deportistas nos encontramos con que el agua alcalina les puede ayudar a mejorar el rendimiento: el ejercicio intenso aumenta la acidez, y el agua alcalina contribuye a controlarla, mejorando la capacidad amortiguadora de nuestro cuerpo. Respecto al papel anticancerígeno del que antes hablábamos, su importancia radica en que nos ayuda a neutralizar y eliminar los deshechos y las toxinas que se producen en el cuerpo, depurándolo. Así, nos ayuda en casos de retención de líquidos.
Su carácter depurativo también nos ayuda a expulsar con el ácido úrico o los nefrolitos a través de la orina, liberando el calcio atrapado en esos residuos sólidos. De esta manera contribuye a prevenir las enfermedades óseas, como la osteoporosis, o a devolverle el pH alcalino a la sangre. Otro de los efectos de la lucha contra los radicales libres es que retrasa el envejecimiento de la piel. Si la bebes de forma regular evitarás problemas como insomnio, dolor de espalda, obesidad, hepatitis, dermatitis, diabetes, asma o el colesterol, siempre a medio plazo.
¿El agua alcalina tiene alguna desventaja?
Pero no es oro todo lo que reluce, y hay que ir con cuidado con el agua alcalina. Cada persona tiene un pH determinado, y su cuerpo se encarga de regularlo. Igual que el exceso de acidez es malo, un exceso de alcalinidad tampoco es bueno y puede agravar problemas renales. Sus minerales se acumularán en nuestro organismo, produciéndonos efectos secundarios similares a los que queremos evitar con ella. Como decimos siempre, la clave está en el equilibrio; y unos hábitos de vida y alimentación saludables te ayudarán a conseguirlo.